Lo
primero que debemos tener en cuenta ante un atasco es diferenciar el posible
origen de la obstrucción de nuestro emisor. Esta obstrucción puede ser debida a
diferentes causas; físicas, químicas y biológicas. Cada tipo tiene un
tratamiento específico.
En
segundo lugar, debemos saber que existen dos tipos de mantenimiento:
- Preventivo:
evita que las obstrucciones taponen los emisores del sistema de irrigación.
- Correctivo:
elimina la obstrucción que ha causado el taponamiento del emisor.
En
este artículo solo nos centraremos en el programa de mantenimiento preventivo respecto
al correctivo.
Un
programa de mantenimiento preventivo es el más efectivo y la solución más
práctica y económica para mantener el sistema en buenas condiciones de trabajo.
Un
mantenimiento constante de todo el sistema de riego, nos permitirá evitar
posibles inconvenientes o descubrirlos antes de que causen serios problemas.
-Para
evitar obturaciones físicas se
recomienda controlar:
1.
Medidor/es de agua: lecturas
periódicas de los medidores revelan problemas en el sistema y suministran una
comprobación del total de riego. Revisar periódicamente los datos que nos
suministran los caudalímetros y los manómetros de nuestra instalación.
2.
Equipo de filtrado:
inspecciones periódicas del lavado automático o manual; inspección de los
elementos de filtrado (discos, arena y mallas) para determinar el grado de
filtración y limpieza; servicios de acuerdo a las recomendaciones del fabricante;
verificar presiones en la entrada y salida de los filtros, el registro de las
diferencias de presión a través de la unidad contribuye a detectar cualquier disminución
gradual en el caudal de los filtros.
3.
Control de presiones: los
controles periódicos de las presiones en el sistema ayudan a descubrir disparidades
en la uniformidad del riego en cada sección.
-Para
evitar obturaciones químicas se
recomienda controlar:
1.
Sistema inyector de fertilizantes:
diseño adecuado y una buena elección de la bomba inyectora para optimizar el
rendimiento de la misma, hay que tener en cuenta la dosis de abono líquido a
aplicar, el volumen (l/hora o l/m3) y la temperatura del agua.
2.
Se deben revisar periódicamente la calibración de los inyectores, los niveles y
el estado de los tanques para detectar posibles señales de contaminación, que
evitaremos en gran medida si estos son lavados periódicamente con agua limpia.
3.
Se debe realizar lavados del sistema
general: el diseño hidráulico debe estar planificado para realizar el
lavado de los laterales, para lo cual, la velocidad del agua al final de las
líneas debe ser no menor a 0.4 metros por segundo.
Los
lavados pueden ser automáticos o manuales, pero siempre por bloques para
asegurarnos tener suficiente presión y estos deben terminar sólo cuando empieza
a fluir agua limpia por los finales. Estos deben llevarse a cabo por lo menos
una vez al año, dependiendo de la calidad del agua.
Al
final de cada riego, debe evitarse dejar cargadas las tuberías recomendándose
efectuar un breve lavado de las mismas sin inyectar fertilizante.
El
uso de nuestros abonos líquidos para fertirrigación moderna, fabricados a la
medida de su agua de riego, le garantiza la neutralización de los bicarbonatos
presentes en dicha agua. Ya que a diferencia de otros métodos de fertilización
las soluciones nutritivas de Gat Fertilíquidos ya vienen acidificadas en la
cantidad exacta por lo que además se evita manipular y almacenar sustancias
peligrosas para las que se necesitan equipamiento y homologaciones específicas.
Además,
gracias al asesoramiento de nuestro equipo técnico profesional, usted podrá
evitar posibles incompatibilidades que den como resultado precipitados
insolubles.
Consulte
con su delegado técnico de zona de Gat Fertilíquidos para adecuar la
fertirrigación a sus necesidades reales, maximizar su producción y alargar la
vida útil de su instalación de riego.
Jesús Márquez López
Ingeniero
Técnico Agrícola
Delegado
técnico comercial en Gat Fertiliquidos.